lunes, 30 de agosto de 2010

Salar de pedernales

En Valparaiso no pase mas de cuatro noches, ya a la tercera harto del ocio y el agua caliente, me compre un libro de Neruda y partí rumbo al Sector C o Region de Atacama.
El salar de pedernales es inaccesible y bastante mas lejos de la costa de lo que el mapa de Chile daria a pensar. Lejos de la belleza e inmensidad de su homonimo en Uyuni, la soledad repentina ha hecho que el lugar cobre un sentido magico del que en realidad carece.
Me tomo un mate y releo uno de los poemas que mas me gustaron, o uno de los pocos porque en realidad no me gustan mucho los poemas. Miro el cielo y me sorprendo solo en medio de un desierto de sal rodeado de montañas y un puñado de personas lejanas y taciturnas. Me arrimo a la puerta de mi carpa y me decido a utilizar la escasa bateria de la notebook para escribir este post.
Tras el tercer amargo, un viento humedo y pesado como el de Buenos Aires arremolina mi pelo y por un instante pienso que no cerre la puerta con llave. Me siento ironizado por las casualidades.
Tan lejos pienso, y todavia no me puedo escapar.
Pienso...

...pienso que soy un boludo.

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